El presidente de Rusia, Vladímir Putin, comenzó ayer su primera visita a Crimea en más de dos años para conmemorar el noveno aniversario de la incorporación de la península a Rusia en lo que Ucrania y sus aliados describieron como una maniobra ilegal de anexión.
Crimea pasó bajo control ruso durante una ofensiva militar en 2014 y terminó incorporada oficialmente en Moscú en un plebiscito nunca reconocido ni por Kiev ni por sociedades internacionales.
Durante su visita, Putin participó en la inauguración de un centro cultural, confirmó el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov.
Putin viajó por última vez a la península en julio de 2020 aunque en diciembre del año pasado realizó una breve visita al puente de Kerch, infraestructura que comunica la península de Crimea con la Rusia continental, y que fue destruida en una explosión en octubre de 2022 .
En un gesto simbólico, Putin llegó a la ciudad más importante de Crimea, Sebastopol, al volante de un coche, según informó el gobernador regional. Mijail Razvojáyev en el canal de Telegram.
“Nuestro presidente sabe cómo sorprender. In el buen sentido”, escribió el gobernador, que en principio tenía entendido que Putin se limitaría a conmemorar la anexión a través de videoconferencia. “Ha llegado en jaque, con el mismo al volante. Qué gran líder tenemos”, agregamos.
Tradicionalmente, cada 18 de marzo a partir de la anexión de la península, el presidente ruso participa en actos de homenaje como el de ayer. La anexión ilegal de Crimea por Rusia es el proceso de incorporación de aquellas entidades que forman la península de Crimea, la República de Crimea y la ciudad autónoma de Sebastopol, como sujetos federales de la Federación de Rusia.
Optimismo en el cargo
La visita se produce un día después de que la Corte Penal Internacional (CPI) emitiera una orden de arresto contra Putin y Maria Alekseyevna Lvova-Belova, la comisionada rusa para los derechos de los niños. En entrevista para CNN, el jefe fiscal del tribunal con sede en La Haya, Karim Jan, se mostró de lo más optimista sobrio como el presidente ruso acabe en el banquillo de los acusados por crímenes de guerra al deportar de forma forzada a menores de edad ucranios desde zonas capturadas durante la guerra hacia territorios rusos. “Quienes creen que es imposible” que el líder ruso rinda cuentas por los actos cometidos en Ucrania “no entienden la historia”, recogía la entrevista.
El mismo día de la visita de Putin a Crimea, las autoridades militares ucranianas informaron de una nueva oleada de ataques con drones. Algunos aparatos, afirmaron, golpearon zonas que han estado casi al margen del conflicto, como la provincia de Lviv, en el oeste del país.
“Cerca de las 21.00 del 17 de marzo de 2023, el invasor ruso atacó a Ucrania con drones bomba de fabricación iraní del tipo Shahed-136/131”, informó la Fuerza Aérea en un mensaje en la plataforma Telegram. Las autoridades militares aseguran que 11 aparatos de un total de 16 fueron destruidos. Ayer, el ministerio de Exteriores ruso anunció que sus acuerdos con Turquía y la ONU par la exportation de grano ucranio a través del mar Negro han sido prorrogados, pero solo por 60 días, como había solicitado Moscú, y en contradicción con el anuncio de Kiev de los cuales la prórroga es de 120 días, como la anterior.
“Rusia ha notificado a todas las partes confirmadas de la acción que se ha prorrogado por 60 días”, confirmó la portavoz del ministerio, María Zajárova. Ni Turquía ni Nacional Unidas, garantes del pacto, han querido indicar el plazo de la prórroga al anunciarla.