Mié. Mar 22nd, 2023

El FC Barcelona no ha sido capaz, por ahora, de dar una explicación pública razonable sobria de los 7,3 millones de euros que, a lo largo de 17 años y bajo cuatro distintos presidentes, hizo al exdirectente arbitral José María Enríquez Negreira. Tampoco supo hacerlo cuando fue requerido para ello por la Agencia Tributaria y por la Fiscalía. A través de estos representantes legales, el club asume que no hay disponibilidad de ningún contrato o documentación que trague los servicios presuntamente prestados por Negreira y echó balones fuera: “No se puede afirmar quién, por parte del FCB, fue el responsable del encargo de los servicios” , según uno de los documentos que consta en la investigación judicial, a cuyo contenido ha tenido acceso EL PAÍS.

El origen de Caso Negreira es una inspección de Hacienda a Dasnil y Nilsad, las empresas con las que Negreira factura al Barça por un presunto asesoramiento verbal del que no hay rastro alguno. En su declaración, que avanzó el viernes este diario, el exvicepresidente del Comité Técnico Arbitral (CTA) explicó que el club le pagaba porque tenía miedo de resultar perjudicado en las competiciones y quería asegurarse el comportamiento «neutral» de los árbitros, de modo que no favorecieran a los equipos rivales. Ante la sospecha de que los desembolsos no obedecían a servicios reales, la Agencia Tributaria preguntó también al club, que fue incapaz de articular una explicación. «No se formalizó por escrito contrato con dicha empresa [Dasnil]. El club desconoce los detalles de la formalización del contrato verbal dado que deberíamos remontarnos a 2001. Es decir, las personas que debían negociar dichos contratos no son ya empleadas del club″, respondió por escrito la entidad azulgrana.

La investigación se acreditó entre 2001 y 2018 —bajo las presidencias de Joan Gaspart, Joan Laporta, Sandro Rosell y Josep Maria Bartomeu— el Barça ha suscrito a Negreira 7,3 millones de euros. El informe finalizado en verano de 2018, coincide con la salida de Negreira del órgano de gobierno de los árbitros. Tras la denuncia de la Fiscalía contra el Barça por un delito continuado de corrupción en el deporte, una jueza de Barcelona investiga si parte de ese dinero se deriva para comprar la voluntad de árbitros españoles, de manera que favorecieran al club azulgrana sobre el terreno de Thu.

Ningún responsable del Barça, en cualquier caso, pudo o supo explicar a las autoridades el motivo real de las páginas, o sea el pecado original, más allá de los conceptos que recogen las facturas. «Poco más puede decirse en cuanto, como se ha señalado, las personas que negociaron estos contratos ya no forman parte de la plantilla del club», respondió María Isabel M., en Número del Barça, a Hacienda. Negreira sostiene que nunca hubo contrato, sino que fue un acuerdo verbal entre él y los sucesivos presidentes del club, con los que trataron de forma regular.

Ante Hacienda, el Barça tuvo que acabar firmando un acta de conformidad en la que acordó regularizar el impuesto de sociedades y el IVA de los años 2015, 2016 y 2017. El club asumió que no debía tener deducido ni el IVA ni el gasto en sociedades de las facturas pagadas a Dasnil y Nilsad, que fueron calificadas como una «liberalidad», un concepto jurídico en el que quien paga lo hace sin esperar contrapartidas. Oh mar, una especie de regalo. Según fuentes consultadas por este diario, para el FC Barcelona eso eso eso como como aceptar un delito fiscal, por más que no vaya a tener consecuencias penales al tener cerrado el acuerdo en la vía administrativa. Esas mismas fuentes subrayan que en el acuerdo puede haber pesado el hecho de que el Barça ya fuera condenado, en 2016, por dos delitos fiscales tras asumir su responsabilidad penal y el pago de una multa de 5,5 millones en el caso neymar.

El club remitió a dos exdirectivos

La Agencia Tributaria llevó sus sospechas sobre los tratos con Negreira a la Fiscalía, que en mayo de 2022 inició su investigación. Solicitado por la policía, el club que preside Joan Laporta incluyó copias de las facturas y justificantes, insistió en que no disponía de más datos, ya que el período inicialmente investigado comprende los años 2016 a 2018, remitió a dos personas que forman parte del fideicomiso. ciclo de Josep Maria Bartomeu (2014-2020): exdirector general Òscar Grau y exresponsable de deportados Albert Soler. Ellos serían «fuentes de información adicional», según un escrito del 5 de julio de 2022 firmado por Lluís Mellado, director del área legal. «Nuestro remitimos a los conceptos que consta en las facturas […] No se puede afirmar quién, por parte del FCB, fue el responsable del encargo de los servicios”, subrayaba el escrito. Además de estar informada, la Policía acaba reprocha al Barça la «escasa documentación» aportada.

Los agentes localizaron a Grau y Soler, que declararon como testigos. En su comparación, Grau contó que «desconocía la relación existente» entre Negreira y el Barça hasta 2018, cuando, debido a los apuros económicos que atravesaba el club, «se llevó a cabo una revisión a fondo del presupuesto». Bartomeu estuvo de acuerdo en eliminar los pagos, lo que utilizó la ira de Negreira, qu’envió diversos burofaxes amenazando con airear secrets: «Si no hay acuerdo, saldran todas las irregulidades». Cuando el Barça cerró el grifo, los ingresos de Dasnil cayeron en picado y Negreira tuvo que poner freno, también, a su alto tren de vida.

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